
revolotea con un viento sin profundidad, sobre hojas de otoño. Un oscurecer sin nada expira lento, en el alma. Un sueño apurado atraviesa los callejones de mis suburbios, para llegar quien sabe a donde. Un cielo tempestuoso exhala destellos, en la penumbra, que cierra la monotonìa vestida, con una fingida sonrisa ante la insuficiencia de un interès inventado. Un lamento interior ansìa huir de la opresiòn causada por la inexistente felicidad.