
aquellos instantes,
noches de sosiego, sombrías citas,
cantos gregorianos rasgando los anhelos
agonizan, en la inmortalidad.
El viento saborea el aliento
de viejas presencias,
que agonizan en el estertor
de un pasado distante.
Querubines mecen el tiempo,
y con su fachada de piedad
se llevan el último suspiro
de tu mirada de cristal.
Alenka