...guardo tantos latidos, como palabras sin final.
Unos cuantos muertos.
Una fuente de higos, frambuesas y demoras.
Gramilla verde, recien cortada.
Una rosa robada, en el jardín de la vida.
Algunas hechiceras rugiendo en una noche de tormenta.
El miedo dibujado en los muros.
Un jazmín perfumando el primer beso.
El inicio y la partida hacia lo impensado.
Un retorno somnoliento a las ruinas de mi muralla blanca.
Alenka