Una mañana le abre la puerta a una tarde y al viento su nombre suena embriagado, mustio. Amo y señor, ostenta el placer de cambiar cada cuatro años. Y desde el calendario invita a soñar. A bailar descalzos a los enamorados, poco a poco una contagiosa pasión.
Febrero intenta ponerme en marcha, con la suave pereza del final del verano. Horizonte ilimitado, maravillosa inmensidad de sembradíos dorados. Aromas que se impregnan, en la piel y bajo la sombra de un tilo, premiando al alma, con la soltura de aquellos días; en los que las nubes se esconden templando el aire y con vuelo inocente deja una puerta abierta para el retorno.
Y en el silencio de las esquinas de una ciudad adormecida, los diablos saltan encendidos desterrando el carnaval, con psicodélicos colores. Turba encendida, reina de la noche, la comparsa llora un popurrí de voces. Combinación de alegrías y quejas apostando a la ilusión.
Alenka
Me voy negando al amor
aùn cuando me angustie
y domine tu piel.
En las horas vacías recorres
mis caminos sin pasar.
Amaneciendo, en mi locura real.
(Derechos de Autor Registrados)
y al mismo tiempo
sobre sus tablas,
un sueño.
Simple descanso.
Un estrepitoso dejar de respirar
potencia el aire, cristaliza el aliento.
Minimiza la vida.
(Derechos de Autor Registrados)
una caricia envuelta
en la humedad de la rojiza
bruma bifurca el sueño.
Derrama su poder.
Y el cuerpo yace,
entre las sábanas,
con mi aliento disolviéndose.
En el breve espacio,
que una vez nos unió.
(Derechos de Autor Registrados)
tus manos en mi piel
recorrer mi cuello.
Erizarse
mis sentidos
ante tu aliento.
Y mis dientes
morder tu
cuerpo.
(Derechos de Autor Registrados)
Fue un acto de amor,
donde nuestros cuerpos gozaron.
Multitud de orgasmos,
culminaron el deseo.
Fuego de sensaciones.
Gemidos callados
explotando, en los brazos de la pasión.
(Derechos de Autor Registrados)
Una pasión me desata, en el intacto deseo.
Con extraña ternura avasalla mi piel.
Una lava inesperada
y mi temblor final cae,
ante tu olor a felina selva.
Por la presión inexorable
de tu mirada.
(Derechos de Autor Registrados)
Un sudor me embriaga,
cercenando la cordura.
El deseo quema, se convulsiona,
entre mis piernas.
La sal de tu cuerpo
arde, en mi boca,
acrecentando mí sed de ti.
(Derechos de Autor Registrados)