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domingo, 15 de julio de 2007

Un ocaso sombrìo...

revolotea con un viento sin profundidad, sobre hojas de otoño. Un oscurecer sin nada expira lento, en el alma. Un sueño apurado atraviesa los callejones de mis suburbios, para llegar quien sabe a donde. Un cielo tempestuoso exhala destellos, en la penumbra, que cierra la monotonìa vestida, con una fingida sonrisa ante la insuficiencia de un interès inventado. Un lamento interior ansìa huir de la opresiòn causada por la inexistente felicidad.

2 comentarios:

Monina dijo...

Helen,... tu poema es bellímo!!!...
aúnque tiene su caríz de tristeza y soledad,
predomina más la belleza de cada uno de tus versos.
Muchos cariños.
Monina.

Anónimo dijo...

...triste la pena, busca la letra...las manos dibujan en sus hojas las almas y de repente ese sentir se hace canción que mitiga el espíritu!

Mi abrazo y aplaudo la belleza de tus textos.



Me voy negando al amor
aùn cuando me angustie
y domine tu piel.

En las horas vacías recorres
mis caminos sin pasar.

Amaneciendo, en mi locura real.

(Derechos de Autor Registrados)


Un escenario

Un escenario
y al mismo tiempo
sobre sus tablas,
un sueño.

Simple descanso.

Un estrepitoso dejar de respirar
potencia el aire, cristaliza el aliento.

Minimiza la vida.

(Derechos de Autor Registrados)





Por la mañana

Por la mañana
una caricia envuelta
en la humedad de la rojiza
bruma bifurca el sueño.

Derrama su poder.

Y el cuerpo yace,
entre las sábanas,
con mi aliento disolviéndose.

En el breve espacio,
que una vez nos unió.

(Derechos de Autor Registrados
)


Hoy sentì...

Hoy sentì...

tus manos en mi piel
recorrer mi cuello.

Erizarse
mis sentidos
ante tu aliento.

Y mis dientes
morder tu
cuerpo.

(Derechos de Autor Registrados)






Fue un acto de amor,
donde nuestros cuerpos gozaron.

Multitud de orgasmos,
culminaron el deseo.

Fuego de sensaciones.

Gemidos callados
explotando, en los brazos de la pasión.

(Derechos de Autor Registrados)





Una pasión me desata, en el intacto deseo.

Con extraña ternura avasalla mi piel.

Una lava inesperada
y mi temblor final cae,
ante tu olor a felina selva.

Por la presión inexorable
de tu mirada.


(Derechos de Autor Registrados)





Un sudor me embriaga,
cercenando la cordura.

El deseo quema, se convulsiona,
entre mis piernas.

La sal de tu cuerpo
arde, en mi boca,
acrecentando mí sed de ti.

(Derechos de Autor Registrados)



Buenos Aires, Argentina
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Alenka

Alenka